La Mala Sombra

¿Qué puede salir cuando se junta la desesperación con el aburrimiento? Sólo una serie de eventos fortuitos cuyas consecuencias uno es incapaz de predecir, ni siquiera considerar. ¿Qué le queda por hacer a un hombre cuya condición lo condena a deambular entre estas dos variables? Simplemente dar un paso al vacío, esperando que la caída no sea demasiado profunda.
En La mala sombra, Juan de Recacoechea nos lleva a este viaje a través de Manuel Irigoyen, un personaje que está atrapado entre las comodidades y reproches de una vida cómoda basada en apariencias y ostentaciones. Por otro lado, se encuentra el doctor Gisbert, una suerte de capitán Ahab que busca rectificar errores del pasado y atrapar al Paragua, un narcotraficante que se le escapó años atrás.
Siguiendo la tradición de la novela negra, La mala sombra conduce al lector a través de un contrapunto de historias, giros y preguntas que, poco a poco, se van entrelazando hasta conformar un cautivante relato que nos invita a averiguar qué sucederá en la página siguiente.
En esta novela Recacoechea cumple con uno de los deberes pocas cosas pueden ser consideradas realmente como deberes- del escritor: invitar al lector a seguir leyendo y abrir la posibilidad de aproximarse a un tema desde nuevas perspectivas, ampliando así la comprensión que se tiene de la (complejidad de la) realidad.